IaaS, PaaS, SaaS, Nubes Privadas y Públicas e ITaaS

Hola

Gran parte de los anuncios que se han realizado durante la semana pasada en el TechEd Europa celebrado en Berlín, giran acerca de diferentes tipos de Nubes y “cosas” como servicio. Repasando el material que ha sido presentado he decidido animarme a hacer mi pequeño resumen de estos conceptos que se engloban dentro del de Cloud Computing, cuya entrada en la Wikipedia merece la pena visitar, y como estos aplican a la relación que tienen los departamentos de IT con las organizaciones a las que sirven.

En los sucesivo vamos a utilizar de manera frecuente la palabra “Servicio”. La RAE recoge 20 acepciones de esta palabra tan coloquial, de entre las cuales la que podría resultar mas adecuada es esta:

“Organización y personal destinados a cuidar intereses o satisfacer necesidades del público o de alguna entidad oficial o privada. Servicio de correos, de incendios, de reparaciones”

Lo cierto es que esta definición, si bien es aplicable por desgracia en un gran porcentaje de las ocasiones, no es en absoluto la manera en que a mi me gustaría que se representara lo que es el principal objeto de una organización de Tecnologías de la Información y del conjunto de sistemas y herramientas que utilizan para llevar a cabo su misión. Cuando, en este contexto hablamos de “Servicios”, la mejor definición que se me ocurre es la que podréis encontrar en las primeras páginas de cualquier manual de ITIL:

“A service is a means of delivering value to customers by facilitating outcomes customers want to achieve without the ownership of specific costs and risks”

“Un servicio es un medio de proporcionar valor a clientes facilitando los resultados que el cliente quiere lograr sin que tenga que asumir costes y riesgos específicos”

Datacenters virtualizados, IaaS, PaaS y SaaS

Una buena manera de entender las diferencias entre un Datecenter Virtualizado, una Infraestructura como Servicio (IaaS), Plataforma como Servicio (PaaS) y Software como Servicio (SaaS) es comparar cuales de los componentes que conforman el conjunto de soluciones de TI son gestionados en modo “servicio”, como una solución empaquetada que ponemos a disposición de clientes internos o externos. Gráficamente:

 

image

Infraestructura como Servicio: Con el redescubrimiento de la virtualización en el Datacenter para la arquitectura x86 se consiguió desacoplar las cargas de trabajo del hardware físico y su consolidación sobre servidores cada vez con mayor capacidad. Este ha sido el paso que ha permitido empezar a considerar los recursos físicos de datacenter como grupos independientes de computación, red y almacenamiento. IaaS consiste en construir una solución que comprenda los “Fabrics” (tejidos, estructuras) de red y almacenamiento y el conjunto de elementos de computo incluidos en los servidores, con su capa de virtualización por encima, y ofrecerla a clientes internos y/o externos. Las capas superiores corren de manera independiente a cómo estén organizados y gestionados estos recursos.

Plataforma como Servicio engloba, además de los recursos de infraestructura, a los sistemas operativos, middleware y runtimes. Todo este conjunto será ofrecido a clientes internos y/o para que por encima se ejecuten y se almacenen aplicaciones y datos propios. La manera mas sencilla y clásica de entenderlo es asociar el Middleware y Runtime a servidores Web, Bases de Datos y Frameworks de desarrollo de aplicaciones, que se usarán para hospedar las aplicaciones de los clientes. PaaS también se beneficia de las ventajas de la virtualización, pero es conveniente recordar que este modelo lleva mucho tiempo entre nosotros, por poner un ejemplo desde casi los principios de Internet con los clásicos servicios de alojamiento Web.

Software como Servicio consiste en ofrecer una solución completa basada en Software, de forma que el cliente puede consumir diferente tipo de aplicaciones sin tenerse que preocupar de absolutamente nada de lo que hay por debajo para sustentarla. Al igual que en el caso anterior existen numerosísimos ejemplos de Software como Servicio en Internet desde, orientados tanto a usuario final del mercado de consumo como a usuarios empresariales. Correo, almacenamiento, juegos, aplicaciones ofimáticas y de colaboración, CRMs, redes sociales y un largo etcétera conforman este tipo de servicios.

La Nube

Está de moda. En boca de todos. Con variadas connotaciones, más o menos positivas o negativas. Las definiciones de IaaS, PaaS y SaaS son los suficientemente acotadas como para ser comúnmente aceptadas, pero por el contrario no sucede así con la nube.

En muchas ocasiones de asocia el concepto de Nube privada como equivalente al de Infraestructura como Servicio, y el de Nube Pública a Plataforma como Servicio y/o Software como Servicio. Para empezar, ¿que nos impide ofrecer Plataforma como Servicio o Software como Servicio en un modelo de nube provada?. Además, hay una serie de atributos que debe tener una nube para poder ser considerada como tal, y que no necesariamente  tienen `por qué estar presentes en IaaS, PaaS y SaaS. En la Wikipedia se citan dichas características clave, pero las que podemos destacar como realmente diferenciadoras serían:

  • Escalabilidad y Agilidad: Una nube debe de ser capaz de responder a variaciones de la demanda sin afectar a la capacidad y al rendimiento de la solución, gestionando de manera dinámica y efectiva diferentes cargas de trabajo.
  • Multi-Tenant: Debe ser capaz de ofrecer soluciones a diferentes clientes, entendiéndose como cliente diferentes consumidores, diferentes organizaciones, o diferentes unidades de negocio dentro de una misma organización.
  • Pago por Uso: En una nube se factura por el uso que se hace de los servicios que en ella se ofrece. De la manera más granular y predecible posible
  • Autoservicio: Los clientes de la nube deben de ser capaces de solicitar los servicios que necesitan de entre un catálogo bien definido, y estos se aprovisionarán de manera automática en el menor tiempo posible.
  • Estandarización: Resulta complicado poder implementar los conceptos anteriores si tanto lo que se ofrece como servicio como todo lo necesario para que ello sea posible no tiene un cierto grado de normalización y uniformidad.

Teniendo en cuenta lo anterior la diferencia entre una nube pública y una nube privada consiste sencillamente en discernir si los recursos son puestos a disposición de consumidores o clientes ajenos a nuestra organización, o si por el contrario están dedicados a las diferentes unidades de negocio presentes dentro de nuestra propia organización. Pero, insistimos, en ambos casos han de cumplirse los atributos citados arriba.

Según estos criterios, no basta con decir que se tiene una nube para tener una nube. Disponer de los atributos arriba mencionados requiere no solamente el hecho de tener los medios materiales para implementarlos, sino además la capacidad y el grado de libertad suficientes como para poderlos abordar desde el departamento de IT. Ejemplos muy claros de esto último son el cobro por uso, o la capacidad de autoservicio. Esto debe estar aceptado por parte de la organización, incluso promovido, lo que supone un buen grado de madurez por ambas partes. Sin esto no hay nube, será otra cosa, y ciertamente no abundan los casos. Sin embargo, si es algo a lo que por lo general se pretende tender como la mejor forma de solucionar el famoso problema de cómo IT “aporta valor al negocio”, ya que el concepto de nube nos otorga de la capacidad y de las herramientas necesarias para, de verdad, “facilitar los resultados que el cliente quiere lograr sin que tenga que asumir costes y riesgos específicos”. Querer tener una Infraestructura como Servicio para poderla ofrecer según un modelo de nube interna es el primer paso para lograr algo aún más interesante.

IT como Servicio (ITaaS)

Mucho se habla sobre la adaptación que tiene que producirse en el departamento de IT, y en los profesionales que lo componen, para evolucionar desde el punto de prestar un concepto de servicio tal y como lo define la Real Academia a hacerlo de la manera que esta definido en, por ejemplo, ITIL. Esto es lo que muchas veces se escucha también en términos de “dejar de ser un centro de coste para convertirse en un activo de la empresa”. ¿Es este cambio tan complicado?. ¿Se requiere de departamentos compuestos por un montón de personas, algunas con Masters de reconocida validez en el mercado, y caras consultorías previas para implementar metodologías basadas en ITIL, COBIT?. Aunque lógicamente todo eso ayuda, mi opinión es que no son condiciones ni necesarias, ni suficientes.

Primeramente, es necesario que los responsables a cargo del negocio entiendan que la tecnología les puede ayudar. En el mundo de la gran empresa eso está fuera de toda duda en la inmensa mayoría de los casos, pero nunca está de más pasarse por cualquier calle comercial o polígono empresarial y observar un poco para darse cuenta de que en muchos sitios se está bastante lejos de esta filosofía. Y al contrario, los profesionales de las TIC estamos a menudo inmersos en nuestro universo tecnológico, discutiendo sobre si algo es mejor o peor sin ponerlo en el contexto de que sea realmente útil para que alguien logre algún objetivo particular con ello. Si trabajamos en el departamento de IT de una gran empresa, no está de más en darse un paseo por pasillos y organigramas tratando de entender cuales son los objetivos y necesidades que rigen los quehaceres de los diferentes departamentos o “unidades de negocio” de la organización y concienciarse de que eso es lo que da sentido a todo lo que hacemos. Si por el contrario nos dedicamos al “mantenimiento” en pequeñas y medias empresas, o a prestarles nuestros “servicios” desde una empresa externa, es también muy saludable el ejercicio de pasarse por calles y polígonos, tratando de entender como esos negocios se mantienen y cuales son sus necesidades específicas que pueden llegar a resolverse con tecnologías de la información. No realizar este ejercicio aunque sea de manera imaginaria constituye el primer paso para que se cumpla uno de los temores que se escuchan frecuentemente entre los IT Pros cuando se habla de nube. Outsourcing, empeoramiento de condiciones laborales y despidos. Un departamento de IT percibido como mero centro de costes, grupo de apagafuegos soporte y mantenimiento, rígido, reactivo, poco ágil y lento es un departamento que tiene sus días contados.

Las características de una “IT como Servicio” surgen por una simple oposición a lo anterior. Se comunica de manera regular con las personas a cargo de las diferentes unidades de negocio de la organización y comprende cuales son sus necesidades a corto, medio y largo plazo. Con esta perspectiva es capaz de construir un portfolio de servicios  que cumplan con las necesidades actuales o futuras de aquellos a quienes se vayan a prestar, y que además cumplan con los mínimos de capacidad, seguridad, disponibilidad, continuidad, etc. acordados (SLAs). Se pondrán de manera ágil y proactiva a disposición del cliente, que estará dispuesto a pagar por el consumo de los mismos, y lo querrá hacer además en función de su uso. Será a la hora de diseñar cada uno de los servicios individuales cuando puede empezarse a considerar cómo las Nubes, IaaS, PaaS y SaaS pueden ayudarnos a ser predecibles y a minimizar los riesgos y los costes que asumimos de forma inherente al prestarlos al cliente interno o externo. Incluso diferentes componentes de un mismo servicio podrán correr unos en una nube privada y otros en una pública de uno o varios proveedores en modo PaaS o SaaS. Es decir, los servicios tienen que concebirse teniendo en cuenta los atributos de la nube, de forma que se perciban con los niveles de calidad adecuados por parte de sus diferentes usuarios, y de manera que sus costes y riesgos de operación sean lo menores posible.

El Cloud Computing, con sus conceptos de nube privada, pública, IaaS, PaaS y SaaS, ofrece unas excelentes herramientas para poder implementar también IT como Servicio y es en este contexto en el que, en mi opinión, adquieren su principal sentido. Las herramientas deben de ser el medio, no el objetivo.

Saludos

David Cervigón